El tres en raya, como otros tantos juegos de memoria populares, es tan conocido y se llegó a extender tanto que muy pocos saben cuál es su verdadero origen. Es como si, de alguna manera, siempre hubiese estado ahí. Y aunque esto, lógicamente, no es cierto la realidad es que nos tenemos que remontar a un lejano pasado para poder seguirle la pista.
En general, los conocidos como juegos de mesa surgieron allá por el Neolítico y siguieron su evolución durante la Edad de Bronce. En concreto, en juego de las tres en raya como hoy en día lo conocemos lo podemos situar en la lejana Persia haca ya más de mil años. Fueron mercaderes italianos los que lo llevaron hasta sus tierra de origen y lo comenzaron a expandir. En muy poco tiempo, y quizás por su simplicidad, se convirtió en uno de los juegos más populares de la Edad Media. En nuestro propio país aún se conservan diferentes pruebas de lo popular que llegó a ser.
Una de las curiosidades más notables del tres en raya es que tuvo un periodo negro. Al parecer se llegó a asociar a este simple juego con rituales paganos entre los siglos X y XI y no era para nada bien visto por entre quienes formaban parte de las clases altas de la sociedad. Para que nos hagamos una idea de hasta que punto se llegó con esto hay que mencionar que el mismo Papa Bonifacio VI llegó a crear una bula papal para prohibir su uso entre todos los cristianos. Esto, obviamente, lo marginó aún más.
Tres en raya: reglas
Como hemos visto, el tres en raya vivió sus años negros. Muy, muy negros donde la gente no quería tener ningún tipo de asociación con este juego pero, como en todo, la historia fue cambiando. Fue en las mismas universidades donde empezó a tener un importante resurgir. En concreto, se sitúa en las de Salamanca y Bolonia pero no fue hasta en Renacimiento cuando volvió a formar parte de la cultura popular y donde se hizo, de nuevo, de lo más conocido. A día de hoy se conservan aún algunos tableros tallados en la misma piedra pero desde entonces hasta hoy, sus reglas no han cambiado, incluso cuando hablamos de tres raya online. Siendo así… ¿cómo se juega al tres en raya?
Lo que se necesita para jugar es de lo más básico:
- Un tablero. El tablero puede estar ya hecho o, simplemente, usar una hoja de papel y hacer una cuadrícula de 3×3.
- Los símbolos. Se juega con dos jugadores. Cada uno tendrá que elegir su símbolo: o una X o una O (aunque estos símbolos pueden variar y se pueden empelar cuadrados y triángulos, por ejemplo. Lo importante es que cada jugador tenga el suyo y lo mantenga a lo largo de la partida)
- El juego. Cada jugador, por turnos, deberá colocar en la cuadrícula su símbolo. Uno, cada vez. El objetivo es formar una línea de tres con el mismo símbolo, el tres en raya. Obviamente, el jugador contrario debe intentar evitar que esto ocurra al tiempo que trata de conseguir su propio tres en raya.
Una de las cosas mejores que tiene este juego, también llamado tic tac toe es que también existe el tres en raya para niños. Es un juego tan básico, pero a la vez entretenido, que puede jugar tranquilamente toda la familia, sin importar la edad. Además, y como hemos visto, siempre podemos hacer, de manera improvisada un tres en raya casero. En el caso de que guste mucho, se puede comprar su versión más profesional y hasta pasar al siguiente nivel con el cuatro o cinco en raya.
Cómo ganar el el tres en raya
Es un excelente pasatiempos para niños y no tan niños, por muy fácil que parezca también te puede poner en un aprieto a la hora de ganar y es que es tan simple que, en realidad, no lo es.
Para empezar, hay que tener en cuenta que quien inicia poniendo su símbolo en el tablero ya parte con una gran ventaja. Por este motivo, de hecho, el inicio se suele echar a suertes. Es verdad que no está todo decidido pero, si observas con atención, el primero casi siempre pondrá su símbolo en una de las esquinas, ¿por qué?
Y este movimiento, ya desde el inicio quizás te haya desconcertado porque lo más habitual era ver que la gente empezaba por el centro, ¿verdad? Ya que uno empieza dejarse cuantas más probabilidades abiertas, ¿no? ¡Gran error! Es mucho mejor situarse en una de las esquinas y, de hecho, si el oponente no contesta con su símbolo en el centro en el segundo movimiento la partida, prácticamente, será nuestra. O eso, o tendremos un empate eterno cada vez.
El oponente tendrá que usar la lógica de la simetría. Que, ¿qué es? Pues algo muy simple. Imaginemos que el oponente coloca su símbolo en la esquina superior derecha, las posiciones a evitar para el siguiente serán las del lado contrario.
En la mayoría de los casos las partidas que se pierden son por errores en los primeros movimientos porque después o está ya todo decidido o solo se podrá llegar a un empate.
El tres en raya, un juego simple pero que pondrá en jaque a más de uno. Cuando se es más inexperto es muy normal que se empiece siempre abriendo por el centro. La realidad es que hacer esto nos supone pocos riesgos pero, al mismo tiempo, pocas oportunidades de victoria. A mínimo que el oponente sea un poco despierto, lo que suele ocurrir es que se llega a un empate.
Como hemos comentado una de las cosas mejores que se puede hacer es abrir por las esquinas y ya, en el caso de ser más expertos aún, abrir con los laterales. Esto, seguro que despista a cualquiera porque no es un movimiento habitual. En este último caso será fundamental, sino queremos perder casi nosotros solos, el abrirse hacia otros laterales y no buscar el los primeros movimientos de hacer una línea. Si hacemos esto, la partida la estamos casi regalando.
Decimos esto, imaginando que la otra parte sabe más o menos jugar o que, al menos, entiendo cuál es el objetivo del juego y qué es lo que tiene que hacer porque, como en el ajedrez, cada uno de nuestros movimientos tiene que ser contemplado en un conjunto que no se resuma solo en nuestra estrategia sino que tenga en cuenta la del otro.
En cualquier caso, y como hemos podido ver, jugar al tres en raya es de lo más sencillo e invita a todas las generaciones a participar. Al final, será solo una cuestión de practicar y ver que, hasta las cosas más simples, como ocurre con este juego, pueden ser de lo más entretenidas.