Como cada juego, el solitario tiene un impacto inmediato y positivo en nuestra desarrollo cognitivo y capacidad mental, ya que nos demandará mantener un estado de concentración y atención prologando para poder lograr el objetivo.
Como nos exigen los memo juegos, en este caso deberemos prestar mucha atención a los colores, números, símbolos y orden de las cartas para poder combinarlas de forma correcta y en el menor tiempo posible.
Su nombre lo indica claramente, el juego lo ejecuta una sola persona, por lo que la paciencia también será un factor a considerar. Deberemos intentar tenerla de nuestro lado. De hecho, las etimologías de su nombre en otros lugares del mundo ubican su raíz en esta palabra.
Si bien existen variantes, su versión tradicional se ejecuta con un mazo de 52 cartas que pueden ser: bajara francesa, española, naipes o de póker. Básicamente, el objetivo del juego es lograr ordenar las 4 columnas de cartas de manera ascendente desde el As hasta el Rey.
En este artículo repasaremos las reglas principales a tener en cuenta a la hora de jugar. Aunque un juego como este puede interpretarse como un simple pasatiempo, desde Quizman estamos convencidos de que son una manera útil y práctica de ejercitar nuestra mente y nuestras capacidades mentales en algún momento de nuestro día o semana al igual que ocurre con los autodefinidos.
Te aconsejamos ordenar y diferenciar el tiempo que vayas a dedicarle -evitando afecte a otras actividades- e investigar sobre diversas formas de mantener tu mente ejercitada.
Reglas y objetivo del solitario
Contenidos
Si bien hay más de una variante para el juego del solitario, nos centraremos en la forma tradicional de hacerlo. Con mazos de 52 cartas (francesas, españolas, de póker o naipes) y con nuestras manos. Hoy en día el solitario clásico se entremezcla con versiones alternativas que se encuentran fácilmente en los juegos de solitario online y gratis.
Se debe recordar que el objetivo final del juego (en caso de lograrlo, ya que no siempre es posible) se basa en ordenar las 4 columnas de cartas de manera ascendente desde el As hasta el Rey, tras haber ordenado las visibles y haber levantado las que estaban boca abajo.
Para lograr este objetivo -de ordenar las cuatro columnas- se deberá proceder mediante las reglas del solitario:
- Crear un total de siete columnas empezando con una carta boca arriba, y las otras 6 boca abajo. El orden se repite, dejando la primera sin colocarle carta alguna, y luego las restantes. Posteriormente, y de forma sucesiva, por cada pasada deberá alternarse el orden de cada columna de izquierda a derecha dejando siempre la primera boca arriba.
- Se necesita conformar: una columna de una carta hacia arriba, una segunda fila con 2 cartas, la tercera con 3 cartas, la cuarta con 4, la quita con 5, la sexta con 6 y la séptima columna con siete cartas. Las últimas cartas inferiores de cada columna deberán quedar boca arriba.
- En el margen superior derecho deberá dejarse cuatro lugares para ordenar de manera ascendente (empezando por el As) los cuatro grupos de cartas intervinientes.
- Las cartas sobrantes deberán quedar en un mazo aparte.
- De forma aleatoria, el jugador deberá reunir cada carta según el orden (7 debajo del 8, 8 debajo del 9, etc.) intercalando el color, pero sin importar que el palo coincida, empezando por las últimas inferiores que están visibles. En la medida que se vayan retirando, se dará la vuelta a las que estaban boca abajo.
- Cuando se agoten las cartas de cada columna, se podrá colocar un Rey en ese espacio que quedó vacío. Desde allí seguir colocando cartas de formas descendentes.
- Cada vez que se encuentre un As o Uno (dependiendo la baraja) podrá colocarse en la parte superior para empezar a ordenar allí, las cartas según el palo y de manera ascendente (desde el As hasta el Rey).
Tipos de solitario existentes
La mayoría de las variables de solitario se pueden encontrar fácilmente y de manera gratis en la web. Actualmente, jugar solitario nos lleva a experimentar una serie de versiones que deberemos explorar para poder beneficiarnos de jugar.
Sobre el solitario online encontramos: solitario spider, solitario clásico y solitario carta blanca como los más reconocidos.
Solitario Spider
Originario del sistema Windows, el Solitario Spider, es una adaptación del clásico. El objetivo es el mismo, aunque la dificultad está dada en ordenar los palos de forma descendente en la menor cantidad de movimientos para sumar puntos. La sumatoria de mazos -lo que pueden llevar a conformar 10 columnas- es otra de las dificultades.
Solitario Clásico
Se juega con una baraja de 52 cartas que se agrupan en 7 columnas distintas para empezar el juego. El mismo finaliza cuando el jugador termina de conformar los 4 grupos de cartas (según palo ordenado de menor a mayor) o cuando se queda sin posibles movimientos por hacer.
Solitario Carta Blanca
Para jugar se deben conformar secuencias de colores alternos (rojo – negro) y las probabilidades de ganar son más altas. La versión surgió desde Windows y es una adaptación de clásico. Tanto el valor del naipe como del palo son importantes. El objetivo es el mismo que los demás; las cartas se ordenan de menor a mayor desde el As hasta el Rey en 4 columnas.
Digital o análogo, jugar incentiva la mente
Si bien la neurociencia sostiene que nuestro cerebro procesa la información de una forma positiva cuando las acciones son analógicas; el juego de cartas online también puede ser beneficioso para nuestro desarrollo intelectual y cognitivo.
Sin importar la edad, cualquier momento -o tipo- de juego incentiva los procesos complejos de nuestra mente, lo que se traduce en un ejercicio tan necesario como el que le brindamos a nuestro cuerpo en un centro deportivo.
Desde Quizman, apostamos por que los juegos sean entendidos desde su utilidad real para las personas, y no como un mero entretenimiento que agota tiempo inútil.
La mente es maleable y hará el camino que se le indique: mediante las formas de pensar y con las herramientas o ejercicios que se le brinden para potenciarse.
La plasticidad del pensamiento y raciocinio de los niños, es un ejemplo claro del potencial que la mente puede adquirir bajo los efectos del juego. Sin importar la edad.